He pensado, después de dos semanas con la bonita meditación sobre los siervos de Jose por nuestro hermano Douglas, continuar donde Daniel nos dejó después de su estudio del libro de Jeremías y su oración de arrepentimiento en el capítulo 9. El capítulo 10 de Daniel empieza “En el año tercero de Ciro rey de Persia fue revelada palabra a Daniel…”
El capítulo 1 de Esdras empieza “En el primer año de Ciro rey de Persia, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, despertó Jehová el espíritu de Ciro rey de Persia…” Así vemos que Daniel, ya un hombre bastante anciano, con todo su piedad y anhelo por la ciudad de Jerusalén y la casa de Jehová (destruido ya estos setenta años) no fue dejado regresar con Zorobabel. El motivo no nos cuenta la escritura, pero dado su piedad por toda la vida, no creo que fue por falta de deseo por parte de Daniel.
Leemos de Ciro que hasta su nombre fue anticipado y predestinado por el profeta Isaías. “Yo, el que despierta la palabra de su siervo, y cumple el consejo de sus mensajeros; que dice a Jerusalén: Serás habitada; y a las ciudades de Judá: Reconstruidas serán, y sus ruinas reedificaré; que dice a las profundidades: Secaos, y tus ríos haré secar; que dice de Ciro: Es mi pastor, y cumplirá todo lo que yo quiero, al decir a Jerusalén: Serás edificada; y al templo: Serás fundado.” Isaías 44:26-28
Uno de los motivos de estudiar estos libros del regreso de la cautividad de un pequeño remanente de las dos tribus es porque estamos nosotros en un día de semejante ruina y debilidad. En breve, vemos el ánimo del retorno en poco tiempo rodeado de mucha flaqueza y flojera espiritual. Acaso nos puede hacer recordar de los años 1827 y para adelante cuando hubo una pequeña restauración de la celebración del partimiento de pan en una forma más según las escrituras, sobre la base de la verdad de que hay un solo cuerpo. Empezaba con pocos, y después incrementaba bastante cuando otros cristianos veían que era una obra del Espíritu Santo. Pero el entusiasmo no duraba muchos años antes que el enemigo empezara su trabajo de destrucción, y así vemos como todo entregado al hombre en responsabilidad va hacia abajo. Dios mediante, veremos lo bueno y lo lamentable en estos libros de Esdras y Nehemías y tomaremos aliento y enseñanza de sus historias.
Esta semana quiero revisar brevemente las profecías que anticiparon la cautividad de Israel y como iba a ser restaurado, pero que no iba a ser como antes. Los versículos que tengo citados arriba tocan al punto. “Y dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ammi: porque vosotros no sois mi pueblo, ni yo seré vuestro Dios”, nos dice el profeta Oseas. Es importante recordar que esto es verdad hasta el día de hoy, aunque fue pronunciado desde hace tantos años, pero no será siempre así. Para mi es gran ánimo ver como Pedro dijo a los judíos cristianos en su primera epístola “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.” 1 Pedro 2:9-10 Lo que perdieron en el judaísmo hacia tantos años, ellos tenían (y obviamente nosotros gentiles también) por la fe en Jesucristo.
Aun Moisés hablaba de los resultados que iban a pasar por causa de la desobediencia. “Y a vosotros os esparciré entre las naciones, y desenvainaré espada en pos de vosotros; y vuestra tierra estará asolada, y desiertas vuestras ciudades. Entonces la tierra gozará sus días de reposo, todos los días que esté asolada, mientras vosotros estéis en la tierra de vuestros enemigos; la tierra descansará entonces y gozará sus días de reposo. Todo el tiempo que esté asolada, descansará por lo que no reposó en los días de reposo cuando habitabais en ella.” Levítico 26:33-35 Jeremías declaró al pueblo exactamente el tiempo que era necesario que la tierra descansara; “Por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos: Por cuanto no habéis oído mis palabras, he aquí enviaré y tomaré a todas las tribus del norte, dice Jehová, y a Nabucodonosor rey de Babilonia, mi siervo, y los traeré contra esta tierra y contra sus moradores, y contra todas estas naciones en derredor; y los destruiré, y los pondré por escarnio y por burla y en desolación perpetua. Y haré que desaparezca de entre ellos la voz de gozo y la voz de alegría, la voz de desposado y la voz de desposada, ruido de molino y luz de lámpara. Toda esta tierra será puesta en ruinas y en espanto; y servirán estas naciones al rey de Babilonia setenta años.”
Hemos ya notado en el estudio sobre Daniel, como el amado siervo en su vejez había leído los versículos arriba y entendió que la cautividad estaba por terminarse. Y vemos su cumplimiento en el principio de nuestro libro Esdras “En el primer año de Ciro rey de Persia, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, despertó Jehová el espíritu de Ciro rey de Persia.”
Cito todos estos versículos para que nos demos cuenta de las circunstancias de la cautividad, y como por mano de Jehová había una pequeña restauración del altar, el culto, y el muro de Jerusalén, desarrollados en los libros de Esdras, Hageo, Zacarias, y Nehemías. Pero es importante recordar que el dicho “Lo-ammi” se quedó. Como la nación escogida, Israel ya no estaba en el lugar de preeminencia aun cuando Ciro les dejó volver a su tierra. Los poderes y señales de los tiempos de Moisés en su salida de Egipto no fueron renovados. No, en cambio, era un remanente en debilidad y mucha flaqueza que volvieron, confiando en Dios y en su amor por ellos, a pesar de la proclamación “vosotros no sois mi pueblo, ni yo seré vuestro Dios.”
Amados hermanos, nosotros estamos en tiempos muy semejantes. Nosotros, casi 200 años después que el año 1827 mencionado antes, queremos seguir en la misma senda, conscientes que la flaqueza es muy grande. “Preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma.” Jeremías 6:16 Creo que hay mucho que podemos aprender por el estudio de Israel en tales circunstancias que puede ayudarnos a nosotros en nuestro deseo de honrar al Señor en estos últimos días.
7 marzo de 2021