MEDITACIONES

de     P. F.

Ministereio del hermano Jim Hyland sobre los Hechos 2:42  *

Hechos 2:42  “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.”

Hace un mes escribí un estudio y mencioné que el hermano Jim Hyland, un hermano que trabaja en la obra del Señor en la obra en los países del idioma inglés, nos ministraba la palabra en la conferencia en Burbank, tomando por su tema el versículo mencionado arriba.  El hermano Miguel Coronado de Barquisimeto, Venezuela me pidió que escribiera algo más sobre su tema y hoy pienso suspender por el momento el estudio de la vida de Pablo para hacerlo con la ayuda del Señor, escribiendo principalmente lo que puedo recordar del ministerio del hermano Jim.  Siendo que mi memoria es bastante defectuosa, me tienen que perdonar si no recuerdo tanto.

El hermano introdujo su tema con Mateo 18:20 y Hechos 2:42.  Es mejor decir “yo quiero estar donde el Señor esta” que decir “yo quiero estar donde el Señor quiere que yo este.”  Yo entiendo de esto que el anhelo de nuestros corazones debe ser estar en su presencia, y no solo buscar su voluntad, aunque esto también es importante.  El hermano nos habló de su juventud, cuando notaba varias cosas en la vida de sus padres.  Primeramente, que su asistencia en las reuniones no era de obligación, sino de un sincero gozo de estar en la presencia del Señor.  Además, ellos ordenaron sus vidas alrededor de la asamblea y sus reuniones.  Hay la tendencia de ordenar nuestras vidas según otras reglas, y después tratar de adaptarla a las reuniones de la asamblea.

El hermano habló de las cuatro reuniones de la asamblea.  Aquí están:

1. La doctrina de los apóstoles, o sea, las reuniones del ministerio de la palabra.  1 Cor. 14:2-3 “Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios.  Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación.”  El mismo capítulo, verso 26 “¿Qué hay, pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación. Hágase todo para edificación.”  Así que la doctrina de los apóstoles es importante en la asamblea, pero hay que tener en cuenta que hablamos siempre con el fin importantísimo de edificación, exhortación y consolación.  Qué triste es si alguno habla simplemente por gusto del sonido de su propia voz o de un orgullo propio.  Si nuestros estudios o nuestro ministerio va a ser eficaz y usado del Señor por la bendición de su rebaño, que importante es tenerlo en cuenta siempre.

2.   La comunión unos con otros, o sea, la reunión para disciplina o excomulgación.  Aunque esto no es lo que pensamos cuando pensamos de comunión, según la escritura lo tenemos que hacer así.  “En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.” 1 Cor. 5:4-5  “Porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a los que están fuera?  ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro?  Porque a los que están fuera, Dios juzgará.  Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros.”  Versos 12-13 del mismo capítulo.  Aunque es desagradable pensar de esto, es reunión de la asamblea, ojala que no común, pero en comunión tenemos que actuar según las enseñanzas del apóstol Pablo.  La disciplina, dijo el hermano, siempre se debe hacer para la gloria del Señor en el mantenimiento de santidad en su presencia, y con el fin de la restauración del hermano o la hermana excomulgado.  La segunda carta a los Corintios nos da el resto de la historia, como el hermano disciplinado fue restaurado, y también la asamblea fue ejercitada y lloraban sobre su condición tan alejada del Señor que habían permitido y aguantado el pecado por su mal estado.

3.   El partimiento de pan, según 1 Cor. 11:23-26.  El apóstol Pablo quedó una semana en Troas, con el fin de partir pan con los hermanos.  “Y nosotros, pasados los días de los panes sin levadura, navegamos de Filipos, y en cinco días nos reunimos con ellos en Troas, donde nos quedamos siete días.  El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente.”  Además el hermano mencionó lo que nos habla en I Cor. 16:1 acerca de la ofrenda “Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado” y también en Hebreos 13:15-16 “Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre.  Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios.”  Tales sacrificios indica que tanto el sacrificio de alabanza como el sacrificio de dinero como Dios nos ha prosperado con sacrificios que a Dios le agrada.

4.   Oraciones:  Mateo 18:19  “Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.”  Hay poder en las oraciones hechas en comunión con nuestros hermanos, no solo en las casa.  Las hermanas también tienen importancia en la reunión de oración, como vemos en Hechos 12:12-15 “llegó a casa de María la madre de Juan … donde muchos estaban reunidos orando.  Cuando llamó Pedro a la puerta del patio, salió a escuchar una muchacha llamada Rode, la cual, cuando reconoció la voz de Pedro, de gozo no abrió la puerta, sino que corriendo adentro, dio la nueva de que Pedro estaba a la puerta.”  El hermano añadió varias palabras de exhortación como esto “hay que dejar algo para los hermanos jóvenes para orar” pues a veces los hermanos mayores oran largamente sobre todos los temas que hayan sido mencionados y no dejan ni tiempo ni tema para los hermanos menores.  También es bueno que oremos en una forma que se escucha y se entienda, para que los hermanos digan “Amen” en sinceridad.  “Porque si bendices sólo con el espíritu, el que ocupa lugar de simple oyente, ¿cómo dirá el Amén a tu acción de gracias? pues no sabe lo que has dicho. Porque tú, a la verdad, bien das gracias; pero el otro no es edificado.”

Yo sé que este estudio es algo más largo que lo que normalmente hago, pero espero que sea de bendición a mis hermanos que toman el tiempo de leerlo.

FELIPE FOURNIER