En los otros evangelios se lee de la voz del Padre hablando al Hijo en el bautismo de Juan y también en el monte de transfiguración. No leemos de estas voces en nuestro evangelio, pero escuchamos la voz del Padre en este capítulo prometiendo la gloria de la resurrección de los muertos, tal como había glorificado su nombre por la resurrección de Lázaro. Acaso no creemos que el hijo de Dios necesitaría una voz de ánimo en su hora de angustia frente la cruz, pero aquí lo vemos como el hijo del hombre. Los judíos preguntan ¿Cómo, pues, dices tú que es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado? ¿Quién es este Hijo del Hombre?
¡Pobre Israel! Incluso después de escuchar la voz del cielo, la voz de Dios mismo, la desestiman diciendo es sólo un trueno". Otros, sin negar que era una voz celestial, dicen que no tiene nada que ver con ellos;
Un ángel le ha hablado.
Desviando de nuestro capitulo por un momento, creo que tenemos aquí una explicación de algo en la historia de Saulo de Tarso, después el amado apóstol Pablo, acerca de los eventos de su conversión. En los Hechos 9:7 leemos Y los hombres que iban con Saulo se pararon atónitos, oyendo a la verdad la voz, mas sin ver a nadie.
Mas tarde Pablo, contando la historia de nuevo (Hechos 22) dijo Y los que estaban conmigo vieron a la verdad la luz, y se espantaron; pero no entendieron la voz del que hablaba conmigo.
¿Cómo que no entendieron la voz? Nos dice que la voz era en la lengua hebrea. Hechos 26:14 No era que la voz era sin poder entender, sino que ellos vieron todo sin reconocer que la voz de Dios hablando del cielo era algo extraordinario y vale la pena prestar mucha atención. Pero no, este milagro no resultaba en el arrepentimiento menos de uno solo, Saulo de Tarso. Bueno, igual que aquí en nuestro capítulo vemos como la incredulidad trae sobre el hombre las tinieblas gubernamentales de Dios.
Sobre eso, muchos han tropezado, acusando a Dios de injusticia. Pero como dijo Abraham, implorando por la ciudad donde vivía su sobrino, Sodoma, ¿Destruirás también al justo con el impío? … El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?
Genesis 18:23-33 Así con Israel; vino el Hijo de Dios como hijo del hombre, en sencillez y humildad, y no en la forma que ellos esperaban. Decían ellos Nosotros hemos oído de la ley, que el Cristo permanece para siempre. ¿Cómo, pues, dices tú que es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado?
No habían leído su Biblia con cuidado ni con fe y así no se dieron a ver los versículos que profetizaban la muerte del Mesías y su reino postergado. Daniel 9:26 es un solo ejemplo de muchos. Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí.
(Se traduce mejor como en la Biblia de Jerusalén y no habrá para él
que quiere decir que en aquel entonces no iba a tener su reino todavía.) Pero cuando la Biblia contradice la voluntad humana, se nota como la incredulidad no tiene vergüenza aun así de citar ciertos versículos defendiendo su posición. Así viene el gobierno de Dios sobre ellos. Por esto no podían creer, porque también dijo Isaías: Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; para que no vean con los ojos, y entiendan con el corazón, y se conviertan, y yo los sane. Isaías dijo esto cuando vio su gloria, y habló acerca de él.
Así Juan el evangelista testifica Estas cosas habló Jesús, y se fue y se ocultó de ellos. Pero a pesar de que había hecho tantas señales delante de ellos, no creían en él.
He citado en varias ocasiones esta cita de un libro escrito por el famoso autor Americano Samuel Clemens, mejor conocido por su seudónimo Mark Twain. Por lo impresionante que es lo vuelvo a citar aquí pues me parece impresionante como este autor andaba por la tierra de Palestina, citando las escrituras una y otra vez, revelando que tenia conocimiento profundo de la Biblia, sin llegar a conocer a la persona bendita de Jesús, aunque a menudo hablaba de él como “el Salvador.” Triste es, que nunca llegó a decir “mi Salvador.” Pongo aquí la traducción completa de lo que escribió:
“Nos parece bastante curioso estar sobre un terreno que alguna vez fue pisado por los pies del Salvador. La situación sugiere una realidad y una tangibilidad que parecen estar en desacuerdo con la vaguedad, el misterio y el carácter fantasmal que uno naturalmente atribuye al carácter de un dios. Todavía no puedo comprender que estoy sentado donde estuvo un dios, contemplando el arroyo y las montañas que ese dios contemplaba, y que estoy rodeado de hombres y mujeres morenos cuyos antepasados lo vieron, e incluso hablaron con él, cara a cara, y descuidadamente, tal como lo habrían hecho con cualquier otro extraño. No puedo comprender esto; Los dioses de mi entendimiento siempre han estado escondidos en las nubes y muy lejos. (Los inocentes en el extranjero (p. 257). Versión Kindle.)
¡Pobre Samuel Clemens! ¡Tan cerca y a la vez tan lejos! Reconocía que hubo un hombre llamado Jesús que andaba en aquella tierra, que era accesible como cualquier ser humano. Como los incrédulos de Israel en nuestro capítulo, Dios manifestado en carne caminaba en su presencia con abundantes pruebas de su divinidad y su persona, para sacarlos de estas nubes, para estar tan cerca que le podían hablar como cualquier. Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.
¡Quiera Dios que ninguno de mis lectores caiga en la misma incredulidad!
3 septiembre de 2023