MEDITACIONES

de     F. F.

Juan 12, parte dos: La última semana


Léase por favor Juan 12:10-28


Pero los principales sacerdotes acordaron dar muerte también a Lázaro, porque a causa de él muchos de los judíos se apartaban y creían en Jesús… Pero los fariseos dijeron entre sí: Ya veis que no conseguís nada. Mirad, el mundo se va tras él.

Dios está en la reunión de los dioses; En medio de los dioses juzga. ¿Hasta cuándo juzgaréis injustamente, y aceptaréis las personas de los impíos? … Andan en tinieblas. Salmo 82:1-2,5

Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada: Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto. 1 Pedro 5:1-2

Vemos en estos versículos la trampa en que cayeron los lideres de Israel, creyéndose haber sido reemplazados en su posición de autoridad y poder. Se les olvidó por completo que Dios juzga en medio de los dioses, pues en el contexto esta expresión dioses quiere decir las personas de autoridad como Moisés en Éxodo 7:1 Jehová dijo a Moisés: Mira, yo te he constituido dios para Faraón. Vimos esto también estudiando Juan 10:34. Pero ellos, siendo lideres, juzgaron injustamente. La amonestación de Pedro me vino a la memoria, pensando del error tan grande de estos lideres. Pedro amonesta a los ancianos en vista de los padecimientos de Cristo y la gloria de su resurrección, que así piensen bien su responsabilidad de no buscar su propia gloria en su posición de liderazgo. A nosotros que ya no somos jóvenes debemos tomar en serio esta amonestación y recordar siempre el temor de Dios, en nuestro trato con la grey o rebaño como es llamado en nuestro evangelio.

Vemos en nuestro evangelio la entrada de Jesús en Jerusalén, según la profecía de Zacarias 9:9, algo más breve en comparación a los otros tres evangelistas, pero con dos detalles adicionales. Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna. El detalle sobre la ignorancia de los discípulos solo se encuentra aquí en nuestro evangelio. Estas cosas no las entendieron sus discípulos al principio; pero cuando Jesús fue glorificado, entonces se acordaron de que estas cosas estaban escritas acerca de él. El apóstol Juan, escribiendo tantos años después de la resurrección de Cristo, esta reflejando sin duda sobre su propia ignorancia en aquel momento, junto con los demás discípulos. El otro detalle que no vimos en los demás evangelios es el punto que era la resurrección de Lázaro que atraía a la gente a esta entrada victoriosa en Jerusalén, pero en tanta humildad sobre un pollino de asna. ¿Qué otro rey se hubiera humillado de tal forma? Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús… se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Filipenses 2:5-8

Pero mientras el liderazgo de Israel estuviera tan traumado por lo que creían (equivocadamente) la popularidad de Jesús, vemos a unos griegos, buscando a Jesús. Señor, quisiéramos ver a Jesús. Era la anticipación de la bendición consecuente a la muerte y resurrección de Cristo, profetizado en Isaías 60:3 Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento. Así Cristo responde a Felipe y Andrés cuando se le dijeron acerca de estos griegos Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado. De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.

Seguro que Felipe y Andrés quedaban también ignorantes de que Jesús hablaba de su muerte como el grano de trigo y su resurrección en gloria. Jesús, habiendo vivido una vida perfecta, no amaba su vida en este mundo. El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará. Ellos, Felipe y Andrés, junto con los demás discípulos, anticiparon el reino glorioso de Jesús como Mesías de Israel, pero todo lo que Jesús hablaba en este capítulo se conducía hacia la muerte vergonzosa, la muerte de la cruz. Pero el grano de trigo muerto lleva mucho fruto y fruto cuya semilla está en él, según su género. Genesis 1:12 Como se nos explica en Hebreos 2:11-12 el fruto seria en la misma semejanza; Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos, diciendo: Anunciaré a mis hermanos tu nombre, en medio de la congregación te alabaré.

Aunque en el evangelio de Juan no vemos el jardín de Getsemaní, escuchamos otra cosa ni mencionada en los demás evangelios. Esta oración de Jesús en voz alta, aparentemente, escuchado y no entendido en aquel momento por los discípulos. Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora. Padre, glorifica tu nombre. Terminemos esta semana reflejando sobre la profundidad de esta expresión. El domingo pasado una hermana brasileña que está en comunión aquí en Hemet me hizo la pregunta acerca de Jesús diciendo mi alma. He estado meditando sobre “el alma” de Jesús desde entonces. Era su humanidad, humanidad santa, pero humanidad completa. Nunca usaba su deidad para evitar el sufrimiento y así vemos un poco su horror de pensar sobre el abandono de Dios en aquellas tres horas.

¡O Señor Jesús, que hoy día pensemos y reflejemos sobre lo que tú sufriste en aquella cruente cruz, no solo por las manos malvadas de los hombres, sino también por la mano de Dios en aquella hora terrible!

Felipe Fournier
27 agosto de 2023