Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro.
Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba.
¿No nos parece contradiciendo estos dos dichos? ¿Por qué, si amaba a esta familia, no fuera de una vez a su ayuda? Lo que se ve aquí es lo que hemos experimentado sin duda muchas veces en nuestras vidas y en nuestras oraciones. Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
Isaías 55:8 Las hermanas no podían entender porque no venía de una vez; Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto.
Los discípulos no podían creer que iba a ir. Rabí, ahora procuraban los judíos apedrearte, ¿y otra vez vas allá?
Pero el Señor Jesús siempre andaba en perfecta comunión con su Padre y así iba cuando era el tiempo adecuado. Nosotros oramos y esperamos que el Señor nos conteste y conceda nuestras peticiones de una vez, pero a menudo no andamos en tal estado de alma para concebir cual es la mente de Cristo. Qué bueno que, aunque no sabemos cómo orar, sabemos que todas las cosas
nos ayudan a bien. Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.
Romanos 8:26-27
Pongo aquí una breve historia de mi hermana, quien estaba en dudas acerca del matrimonio, y con quien. Estaba hablando con otra hermana en Cristo, y dijo en su estado de confusión y dudas “Yo de veras quiero hacer la voluntad del Señor.” La hermana, con bastante sabiduría, le dijo por respuesta “¿Acaso no crees que el Señor bien lo sabe?” Ese dicho dio a mi hermana mucha paz en su alma, sabiendo que el Señor conocía sus necesidades y también su deseo de agradarle, y no iba a dirigirla mal por algún capricho. Se casó con un hermano fiel y ha tenido un matrimonio feliz, aunque no sin dificultades y tragedias.
Volviendo a nuestra historia en Juan 11, vemos otra vista de Tomás el discípulo, más conocido por sus dudas que por su fe. Siempre acordamos de sus dudas en Juan 20 acerca de la resurrección de Cristo de entre los muertos. Pero aquí vemos su valentía y su fe. Pedro también dijo que era listo para morir por el Señor, pero en vista del Señor diciéndole que iba a negarlo tres veces. Tomás no fue puesto a la prueba en este capítulo, pero se ve su deseo en su dicho. Vamos también nosotros, para que muramos con él.
Los discípulos habían visto anteriormente el poder de Jesús a levantar a los muertos. Aunque no se revela en nuestro evangelio, según los otros, sabemos que Jesús levantó de los muertos a una muchacha de doce años (Lucas 8) y un joven cuya edad no sabemos, el único hijo de su madre una viuda (Lucas 7). Pero aun así, no entiendo el dicho del Señor Les dijo después: Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarle.
Así se muestra la verdad, la memoria no es la fe. En otra ocasión Habían olvidado de traer pan, y no tenían sino un pan consigo en la barca.
Se preocuparon mucho de haber olvidado la comida. (Se ve esto en la historia de Marcos 8:14-20) Entonces, cuando el Señor les dijo Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos, y de la levadura de Herodes.
No hablaba el Señor acerca de la falta de pan para nada, pero en su preocupación por esta cosa, confundieron la cosa natural por la cosa espiritual. Su memoria funcionaba bien; Cuando partí los cinco panes entre cinco mil, ¿cuántas cestas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Doce. Y cuando los siete panes entre cuatro mil, ¿cuántas canastas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Siete.
¿No iba a poder el Señor proveer por sus necesidades de aquel día, a pesar de su falta de memoria para traer ciertas cosas? Pero se ve nuestra tendencia natural de pensar en las dificultades, en vez de reflexionar en el poder de Dios que siempre está a nuestro favor, pues nos ama con un amor infinito. Los discípulos otra vez en nuestro capítulo no entiendan que hablando de dormir Lázaro, Jesús hablaba de su muerte, solo pensando en lo natural. Los que duermen
en 1 Tesalonicenses 4:14 nos habla de los que han muerto en la fe de toda generación desde Adán hasta el día de hoy.
Vemos a Jesús yendo así a una escena de tristeza con sus discípulos, caminando en la luz de la voluntad del Padre para levantar de los muertos a Lázaro. La Marta, siempre activa, no quiso quedar en la casa cuando escuchaba que Jesús venia; en cambio, María, con la confianza de fe se queda en su lugar hasta que Marta la llamo. El Maestro está aquí y te llama.
Pero Marta, con sus dudas y su tendencia de hacer quejas, ha sido la ocasión de que Jesús dijo estas palabras benditas Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
En aquel momento Marta no tenía la capacidad de entender lo que Jesús decía, pero en la vista de las revelaciones después, nosotros sabemos esto; nacido una sola vez, el inconverso muere dos veces; físicamente una vez, y eternamente la segunda vez. Esta es la muerte segunda.
Apoc. 20:14 Nacido dos veces, físicamente y espiritualmente, posiblemente no muramos ni una vez. Si viene el Señor seriamos arrebatados sin tener que pasar por la muerte. ¡Acaso hoy, mis amados hermanos!
Continuamos este capítulo la semana que viene, si el Señor quiere.
6 agosto de 2023