MEDITACIONES

de     F. F.

Juan 9: El hombre nacido ciego, viendo y excomulgado, encuentra al Hijo de Dios


Léase por favor Juan 9


La semana pasada empezamos el estudio de este capítulo y quedamos maravillados por la terquedad de los lideres judíos con su dicho Ese hombre no procede de Dios, porque no guarda el día de reposo. El guardar el día de reposo, el sábado, figuraba grandemente en su idea de cómo cuidar los preceptos de su religión. ¿Qué decía el Señor Jesús? Cuando lo preguntaron en Mateo 12:12 ¿Es lícito sanar en el día de reposo? Jesús contestó mostrando que conocía sus propias prácticas cuando tocaba puntos económicos; ¿Qué hombre habrá de vosotros, que tenga una oveja, y si ésta cayere en un hoyo en día de reposo, no le eche mano, y la levante? Pues ¿cuánto más vale un hombre que una oveja? Por consiguiente, es lícito hacer el bien en los días de reposo. Así el pobre ser humano, lejos de Dios en sus pensamientos, protege a los animales con leyes acerca de la producción de huevos de gallina, la criadera de puercos, pero invita a las mujeres venir a California hasta pagar sus gastos por abortar a sus niños.

El nacido ciego se encuentra rodeado de preguntas, primero por los vecinos que tenían curiosidad a quienes explicaba más detalladamente acerca de cómo Aquel hombre que se llama Jesús había puesto lodo sobre sus ojos y le había enviado a lavar y ahora ve. Pero mientras los fariseos seguían preguntándolo, poco a poco, se nota como el hombre empieza a sospechar que estos hombres no eran honestos en sus preguntas. Al principio, dijo que Jesús era profeta, pero notaba que ellos ni creían que era él, el mismo ciego que mendigaba, hasta recibir el testimonio temeroso de sus padres Sabemos que éste es nuestro hijo, y que nació ciego. Escuchando todo este discuto, encontrando el rehúso de sus padres defenderlo a él, su hijo, empieza a entender que su problema era con aquel hombre llamado Jesús. El hombre toma su defensa en lo que sabia sin la menor duda, que ya ve. Da gloria a Dios; nosotros sabemos que ese hombre es pecador. Entonces él respondió y dijo: Si es pecador, no lo sé; una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo.

Pero bombardeado con mas preguntas, el hombre empieza a crecer en su reflexión sobre lo que le había pasado y les hace una pregunta a ellos. Él les respondió: Ya os lo he dicho, y no habéis querido oír; ¿por qué lo queréis oír otra vez? ¿Queréis también vosotros haceros sus discípulos? Allí tocaba el punto principal, la deshonestidad de sus interrogaciones. ¿Querían ellos conocer aquel hombre maravilloso? No, para nada. Su meta era disminuir su poder y su persona, y el hombre lo detectaba. Ellos entonces le atacan a él, proclamándose discípulos de Moisés, y negando conocer de donde procedía Jesus. Pero el hombre no acepta su deshonestidad. Pues esto es lo maravilloso, que vosotros no sepáis de dónde sea, y a mí me abrió los ojos. En otras palabras, ¿no quieren ustedes conocer a uno como este, que ha hecho maravillas más grandes que Moisés no hizo nunca? Desde el principio no se ha oído decir que alguno abriese los ojos a uno que nació ciego. Si éste no viniera de Dios, nada podría hacer.

Su deshonestidad y terquedad fue revelada por el hombre nacido ciego, que aunque sabe poco acerca de Jesús, puede dar testimonio A mí me abrió los ojos. Me hace pensar que uno que dijo a un hermano “La diferencia entre usted y yo es eso, que usted tiene fe y yo no la tengo. El hermano le contestó por Efesios 2:8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios. Le dijo “Pide a Dios por fe, pues así dice la Biblia que la fe es un don que Dios da.” El hombre contestó “No hago yo esto, pues yo no quiero la fe.” Así salió la verdad; no era que no tenía la fe, sino que no la quiso tener. Así estos fariseos; no querían saber quién era Jesús y de donde era, algo relacionado con su voluntad en contra aquel hombre, quien según este hombre honesto Si éste no viniera de Dios, nada podría hacer.

Echado de la sinagoga, abandonado de sus padres por su confesión de Jesús, el hombre esta solo pero solo. Este día que debería haber sido el día más feliz de toda su vida ha llegado a ser algo increíblemente difícil. Pero el Señor Jesús, no iba a dejarlo así abandonado; Oyó Jesús que le habían expulsado; y hallándole, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo de Dios? Respondió él y dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en él? Le dijo Jesús: Pues le has visto, y el que habla contigo, él es. Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró. Rechazado por el mundo religioso, aunque era cierto como dijeron los fariseos que nació en el pecado, se encuentra como adorador del Hijo de Dios con sus ojos abiertos, no solo los ojos físicos sino los ojos de su corazón. Los mismos fariseos, negando que ellos también habían nacido en el pecado escuchan de Jesús Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; mas ahora, porque decís: Vemos, vuestro pecado permanece. Había remedio por la vista del hombre, nacido en pecado, nacido ciego, pues Jesús había venido a salvar, no a los que se profesan con vista y sin pecado, sino a pecadores a arrepentimiento. La triste verdad pronunciaba Jesús en Mateo 15:14 Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo.

¡Que gozo por este hombre, que, detectando su hipocresía y ceguedad, prefería quedarse fuera de la sinagoga, pero en la presencia del mismo Hijo de Dios! ¡Que nosotros también tengamos esta misma fe y hoy día disfrutemos de la presencia del mismo Hijo de Dios!

Felipe Fournier
9 julio de 2023