MEDITACIONES

de     F. F.

Juan 9: El testimonio de uno nacido ciego


Léase por favor Juan 9


Por muchos años este capítulo me ha encantado, pues en ello podemos ver, dentro de un solo día, como los ataques y críticas de varias personas lograron hacer a un adulto crecer en su entendimiento de Jesús.

Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego?

Nos parece rara esta pregunta, a lo mejor, pero se supone que sus pensamientos venían de Éxodo 20:5 Yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen. Como pudo haber pecado antes de nacer el hombre, no sé, pero vemos la tendencia humana de siempre pensar en una forma que no concuerda con los pensamientos de Dios. Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él. Si confiamos que nuestro Dios es todopoderoso y que nos ama, seguro que así vamos a entender todo lo que pasa en nuestras vidas. ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? Romanos 8:31-32

Hace tiempo un hermano me preguntó acerca de la saliva usado para hacer lodo. Escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego. Pienso que era una ilustración de la humanidad del Hijo de Dios en este mundo. Como leemos en el capítulo 1 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros… Una fantasma no tiene saliva. Y otra vez vemos que los hechos de Jesús muestran su poder como Dios manifestado en carne. Poner lodo en los ojos seria de hacerlo al ciego dos veces ciego. Pero lavado los ojos en obediencia Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo. El estanque tenía por nombre Enviado y así el Hijo de Dios fue enviado a este mundo para abrir los ojos espirituales de la nación de Israel, pero quedaron doblemente ciego. Entonces algunos de los fariseos que estaban con él, al oír esto, le dijeron: ¿Acaso nosotros somos también ciegos? Jesús les respondió: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; mas ahora, porque decís: Vemos, vuestro pecado permanece. Vino Jesús como la luz del mundo. Los lideres, por rechazar la idea que necesitaron arrepentimiento, quedaron doblemente ciego. En Jesús vieron nada más el hijo del carpintero. La manifestación de Jesús, Hijo de Dios, era por ellos una ocasión de tropezar. Romanos 9:32 Pues tropezaron en la piedra de tropiezo, como está escrito: He aquí pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de caída.

El hombre, antes inútil y ciego, viene como manifestación indiscutible del poder de Dios por Jesús. En el antiguo testamento leemos de unos que fueron hechos ciegos por el poder de Dios, como los malvados de Sodoma (Genesis 19) y los Sirios por Eliseo (2 Reyes 6). Eliseo restauró la vista de los Sirios pero como dijo el ciego de nuestro capítulo Desde el principio no se ha oído decir que alguno abriese los ojos a uno que nació ciego. Hace unos años, después de predicar el evangelio sobre este capítulo, el doctor de los ojos, hermano Lineu Binotti de Brasil me dijo que así es hasta el día de hoy. No hay nervios en el cerebro de uno nacido ciego para conducir la información de los ojos al cerebro. Esta señal de Jesús era una prueba de su divinidad, y bien lo sabían los lideres judíos. Pero eran ciegos por su voluntad, pues no querían ver en Jesús la persona divina del Hijo de Dios. Así dicen al ciego Da gloria a Dios; nosotros sabemos que ese hombre es pecador. La contradicción de sus palabras llegó a ser obvio al hombre, pero antes de verlo, consideramos por el momento a sus padres.

Póngase por favor, ustedes que son padres, en los zapatos de estos padres, cuyo hijo nació ciego. Imagínese la angustia de ellos al reconocer que su hijo nunca los iba a poder ver la sonrisa de sus padres. Iba a concebir el mundo nada más por sus otros sentimientos; los oídos, la lengua, los dedos, la nariz, etcétera. Y ahora, su hijo antes un mendigo, por el poder y bondad del Mesías de Israel, Jesucristo, Hijo de Dios e Hijo del hombre, le es dado la prenda más preciosa, su vista. Pero, en vez de poder regocijar un gozo increíble con su hijo, quien por primera vez puede entender que son los colores, son atrapados en la trampa del liderazgo judío. Esto dijeron sus padres, porque tenían miedo de los judíos, por cuanto los judíos ya habían acordado que si alguno confesase que Jesús era el Mesías, fuera expulsado de la sinagoga. Por eso dijeron sus padres: Edad tiene, preguntadle a él. ¡Que cosa tan triste! ¡Su miedo de ser excomulgado de la sinagoga era más grande que su apreciación de la obra de Jesús, restaurando la vista de su hijo, nacido ciego!

Quedamos pendiente hasta la semana que viene por considerar el crecimiento espiritual del hombre a través de la oposición de todo el mundo que no podía entender, por su honestidad espiritual. Entonces algunos de los fariseos decían: Ese hombre no procede de Dios, porque no guarda el día de reposo. Otros decían: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer estas señales? Y había disensión entre ellos.

¡Nosotros que hemos creído en Jesús sabemos que fuera imposible que un hombre pecador hacer estas señales!

Felipe Fournier
2 julio de 2023