En nuestros versículos de hoy, vemos la multitud de evidencia de la persona de Jesús, quien era de verdad y porque los judíos deberían haberlo creído y recibido.
No puedo yo hacer nada por mí mismo.
En Mateo 20:23 Jesús dijo Pero el sentaros a mi derecha y a mi izquierda, no es mío darlo…
En Marcos 13:32 Jesús dijo, prácticamente “no es mío saber.” Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre.
¿Qué es lo que vemos en estos dichos? ¿El Hijo inferior al Padre? ¿Jesús mero hombre? No, para nada. Lo que vemos es la verdad revelada en Filipenses 2:5-8 Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Así el hombre Jesús, se presenta a los judíos como aquel que es uno con el Padre, pero como hombre sujeto a todo según la voluntad de su Padre. Porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.
Ahora Jesús hace mención de los fuertes testigos de quien era, los cuales ellos tendrían que ignorar o poner oídos sordos y ojos cerrados por no creer. Los cuatro testigos eran: Juan Bautista, las obras que Jesús hizo, la voz de Dios en el bautismo de Juan, y la palabra de Dios por las escrituras de Moisés. Juan era una lampara que decía la verdad He aquí, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
Juan había visto la paloma y oído la voz del cielo (aunque no se menciona la voz del cielo en el evangelio de Juan) Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.
Marcos 1:11 En el capítulo 1 de nuestro evangelio dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él … el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo. Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.
Mas tarde, los que era de fe recordaron a la lampara Juan y creyeron en la Luz, quien es Jesús. Y muchos venían a él, y decían: Juan, a la verdad, ninguna señal hizo; pero todo lo que Juan dijo de éste, era verdad. Y muchos creyeron en él allí.
Juan 10:41-42
Pero la gran multitud de los judíos no creyeron estos dos testimonios y ahora, son hechos aún más responsables por el testimonio de los dos testigos restantes, el testimonio de las obras de Jesús y el testimonio de Moisés, la palabra de Dios en que ellos decían que confiaban. No se necesita una lampara cuando el sol brilla en su intensidad y las obras de Jesús han sido de este brillo, mas fuerte testimonio de las palabras de Juan. Eran tres milagros, según nos cuenta nuestro evangelio; el agua hecho vino, el hijo del oficial curado, y el paralitico quien llevaba su lecho. Sin embargo, los judíos buscaron algo más ¿Qué señal nos muestras, ya que haces esto?
Su incredulidad solo iba a ser revelada por la resurrección de Cristo de entre los muertos. Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.
Pero, ¿Qué tal el testimonio de Moisés? Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.
Ellos jactaron en Moisés, pues de veras la palabra de Dios en el antiguo testamento fue dada solo a Israel. Sin embargo, ¿Qué vale el testimonio de Moisés y su mensaje si no lo iban a creer? Leemos la sentencia en el libro de Hebreos 4:2. Pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron.
Las escrituras, a la verdad testificaron de Él, y los escudriñaron. Pensaron que tenían vida eterna en las Escrituras, pero Cristo es el Dador de ella (la vida eterna según Juan 3:36), y a Él no querían venir. Si al investigar las Escrituras los hombres son conducidos a Cristo, entonces ciertamente tienen vida eterna por las Escrituras, de lo contrario simplemente adquieren conocimiento de teología, algo para sus mentes, y así sucede que permanecen en la muerte espiritual.
Este también es un peligro por nosotros, leer la palabra con fin de simplemente aumentar conocimiento sin reconocer ellas son las que dan testimonio de mí.
Toda la meta de la palabra de Dios es dar testimonio a Jesús, Hijo de Dios. Si leemos las escrituras tal como hacían ellos, buscando alguna gloria propia, no nos van a aprovechar, como tampoco aprovechaba a ellos mientras buscaban su propia gloria.
Terminamos este estudio con este versículo Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a ése recibiréis.
Este es el anticristo, de quien Jesús también hablaba en el capítulo 10:12-13 Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas.
El buen pastor quien los amaba estaba entre ellos buscando y manifestando la gloria del Padre. Rechazándolo a él, fueron dejados por ser atacados por lobos y así será en el día aun venidero.
23 abril de 2023