MEDITACIONES

de     F. F.

Juan 2: Una serie de señales


Léase por favor Juan 2


En nuestro capítulo veremos otra vez el carácter distinto del evangelio de Juan, anticipando el gran cambio de judaísmo al cristianismo, no enfocando en la vida del Señor Jesús referente a sus hechos día tras día mientras iba por Israel como los otros tres evangelios.

La historia que se nos cuenta en el capítulo 2 no se encuentra en ninguna de los otros evangelios y se nos dice que era el tercer día. El primer día, podemos decir, era el día de Juan Bautista, brevemente explicado en el capítulo 1. Era el día de relación terrenal con su pueblo Israel. El segundo día, vemos en el tiempo gastado con los discípulos; Ellos le dijeron: Rabí (que traducido es, Maestro), ¿dónde moras? Les dijo: Venid y ved. Fueron, y vieron donde moraba, y se quedaron con él aquel día; porque era como la hora décima. Este día, es el día de la gracia en que nosotros actualmente nos encontramos, gozando de la presencia del Señor Jesús en medio de dos o tres congregado a su nombre. Nuestro capitulo introduce el tercer día y la boda. En cierto sentido, vemos a algo otra vez terrenal en la relación del Señor Jesús con el pueblo de Israel en el milenio, cuando el gozo del pueblo va a ser totalmente a través del vino producido por su Mesías, milagrosamente y no por sus propios hechos de guardar la ley, pues este se acabó.

A otro nivel, vemos la introducción de la iglesia a través de la separación con Israel, tipificado en María, su madre. Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora. Ni la hora de su gloria terrenal ni la hora de su rechazo total e indigna muerte habían acercado todavía y mientras, su madre no iba a tener autoridad sobre él, así asignando que la ley con sus relaciones terrenales iba a ser dejado atrás y otro templo vemos en los últimos versículos de este capítulo. Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré … Mas él hablaba del templo de su cuerpo.

Pero volviendo al agua y el vino; Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificación de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros. El agua era agua de la purificación y en el prototipo, vemos como el agua de la purificación se transforma al gozo eterno que iba a ser la porción de cada uno que haya sido purificado de sus pecados por Jesús. Otros han enseñado que vemos en las cantidades diferentes de los cántaros, que nuestra capacidad en la eternidad va a variar según nuestro andar con el Señor aquí abajo; cada uno lleno, pero no todos de la misma cantidad. Debo añadir algo mas modificando esta idea; otro hermano me dijo así en forma de pregunta. ¿Usted imagina que cualquier cosa en la eternidad tendría algo que ver con mi responsabilidad como creyente, y no totalmente por la infinita gracia de Dios? Sea como sea, dejamos con lo que dice el maestresala; Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta ahora. El buen vino nos espera en el cielo. Tenemos algo de conocimiento del gozo en el Señor hoy en día, pero algo superior nos está reservado en los cielos.

Después de este evento, vemos la entrada del Señor en el templo en esta primera pascua del servicio público del Señor. Halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados. No tenemos que imaginar mucho para decir que se vendían en este lugar sus productos a precios bien inflados. Acaso se refugiaban en lo que decía la ley de Moisés in Deuteronomio 14:25-26 … guardarás el dinero en tu mano, y vendrás al lugar que Jehová tu Dios escogiere; y darás el dinero por todo lo que deseas, por vacas, por ovejas, por vino, por sidra, o por cualquier cosa que tú deseares; y comerás allí delante de Jehová tu Dios, y te alegrarás tú y tu familia. Pero seguro estaban ganando deshonestamente, perjudicando el testimonio del templo y la casa de mi Padre por sus avaricia. Y en nuestro día ¿se ha cambiado mucho? Cuando estaba en Italia hacia 17 años, me acordaba de una tienda justo delante de un catedral católico donde vendía velas votivas y toda clase de imágenes y cosas semejantes, y me acordaba de estos vendedores.

El capítulo termina sobre la verdad de la resurrección de Cristo de entre los muertos, la cual es la base y fundamento del cristianismo. Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. Se nota que, en nuestro evangelio, donde el enfoque está en su persona de Jesús como divino, la expresión lo levantaré. Por su propio poder iba a levantar de los muertos. Además, se nota su divinidad en el último versículo en cuanto los profesantes de fe. Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre. Solo Dios sabe lo que había en el hombre y así su profesión, si fuera falsa, podría pasar la inspección de los discípulos, pero no la de Jesús.

Felipe Fournier
12 febrero de 2023