MEDITACIONES

de     F. F.

Esdras 8: Un hombre piadoso va para Jerusalén


Léase por favor Esdras 8


Nuestro capítulo empieza con los nombres de los que iban a regresar a Jerusalén con Esdras. Es bueno reconocer que a Dios no se olvida nada y estos nombres y familias están escritas para siempre jamás en la palabra de Dios. Me hace pensar de las palabras del Señor Jesús a sus discípulos cuando regresaron de su viaje publicando el reino, llenos de gozo por experimentar el poder del nombre de Jesús sobre los endemoniados. “Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.” Lucas 10:20 También Pablo, escribiendo a los Filipenses de los que lo habían ayudado en la obra dice “Asimismo te ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes a éstas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida.” Filipenses 4:3 El ser humano anhela ver su nombre escrito en algún recordatorio humano; se dice que la cosa más usada en una búsqueda de Google es el propio nombre de uno. Mucho mejor es saber que nuestro nombre está escrito en los cielos.

La semana pasada notamos su líder y padre espiritual quien Jehová había levantado para viajar a Jerusalén de Babilonia para levantar el ánimo del remanente que vivían allí. Notamos como no solo era sacerdote, sino también un escriba diligente en la ley de Moisés. Y ahora que se ha dedicado de hacer volver a Jerusalén con otro pequeño grupo de judíos, notamos como se preocupa por el servicio de la casa de Jehová. “Los reuní junto al río que viene a Ahava, y acampamos allí tres días; y habiendo buscado entre el pueblo y entre los sacerdotes, no hallé allí de los hijos de Leví.” En el viaje por el desierto hacia Canaán, los Levitas llevaban el tabernáculo. En los tiempos del rey David, estableciendo el reino en la mano de su hijo Salomón, el servicio de los Levitas se describe en 1 Crónicas 23:25-32. “Porque David dijo: Jehová Dios de Israel ha dado paz a su pueblo Israel, y él habitará en Jerusalén para siempre. Y también los levitas no tendrán que llevar más el tabernáculo y todos los utensilios para su ministerio…” Siendo que este trabajo cesaba al construir el templo, les fueron dados otros trabajos y entre ellos algo que debe animarnos hoy día cuando vamos a recordar a nuestro Señor Jesús en su muerte. “Y para asistir cada mañana todos los días a dar gracias y tributar alabanzas a Jehová, y asimismo por la tarde.” Sabia Esdras que había necesidad de los Levitas, quienes servían a la casa de Dios. Por eso hizo una búsqueda y encontraron dos grupitos, uno de dieciocho y otro de veinte personas, Levitas.

¿No es una marca del día de pobreza espiritual en que vivimos que hay pocos que trabajan en la obra, haciendo el servicio de ministrar al pueblo de Dios? Gracias al Señor, en medio de esta pandemia que ha causado tanta turbación en todo el mundo, hemos visto como el Señor ha levantado algunos, bastante jóvenes, que pueden enseñar la palabra y hemos disfrutado su ejercicio y predicación por medio de Zoom. La semana pasada un hermano joven nos dio una predicación bien edificante sobre los siete dichos del Señor Jesús en la cruz. Así a pesar de la debilidad espiritual que había en aquel tiempo, si se encontró Esdras a treinta y ocho Levitas, y me parece que se ha encontrado tales también en nuestros tiempos de mucha debilidad.

Otra cosa bien animosa y un buen ejemplo por nosotros en el día de ruina es ver la simplicidad y veracidad de la fe Esdras por el viaje peligroso que los esperaba, un viaje de cuatro meses por un desierto lleno de bandas de ladrones, ellos llevando utensilios de metal precioso. Nos conviene reflejar en el ejemplo de este hombre Esdras, conociendo muy bien la debilidad de su puñado de hombres que iban a hacer este viaje. “Publiqué ayuno allí junto al río Ahava, para afligirnos delante de nuestro Dios, para solicitar de él camino derecho para nosotros, y para nuestros niños, y para todos nuestros bienes.” Esdras, viendo la debilidad, sabía dónde encontrar la fuerza. O, queridos hermanos, ¿no tenemos el mismo recurso? Nuestro Dios no ha cambiado a pesar de la ruina del testimonio en la mano de los hombres. Me alegro mucho leyendo las noticias de los hermanos de la India, que se juntan para ayuno y oración toda la noche, antes de salir a predicar el evangelio en aquel país lleno de las tinieblas de idolatría pagana y otras religiones de la misma oscuridad. Y no es una sorpresa que el Señor ha bendecido sus esfuerzos con más almas salvas y más hermanos congregados al nombre del Señor. Temo que nosotros nos dedicamos más a la fiesta que al ayuno, aunque ciertamente hay lugar para comer en comunión con nuestros hermanos, algo que la escritura apoya.

Se nota algo más que es muy hermoso ver en el hombre Esdras y su fe en simplicidad. “Porque tuve vergüenza de pedir al rey tropa y gente de a caballo que nos defendiesen del enemigo en el camino; porque habíamos hablado al rey, diciendo: La mano de nuestro Dios es para bien sobre todos los que le buscan.” Esdras tuvo vergüenza de apoyarse en el hombre, después de haber publicado su fe en la mano de Dios. “Ayunamos, pues, y pedimos a nuestro Dios sobre esto, y él nos fue propicio.” Ojalá que nosotros practiquemos la misma simplicidad de fe en Dios, en vez de buscar el apoyo del hombre. Se nota que Jehová Dios de Israel los protegía en todo el viaje. No se notaba una columna de nube ni de fuego, pero la mano de Dios, invisible les protegía de todo enemigo en el camino. ¡Tenemos el mismo Dios en el día de hoy, mis hermanos! Podemos pedirle y él nos va a ser propicio también.

Felipe Fournier
23 mayo de 2021