MEDITACIONES

de     F. F.

Esdras 7: Envío de Esdras, sacerdote fiel a la tierra de promesa


Léase por favor Esdras 7


“Pasadas estas cosas, en el reinado de Artajerjes rey de Persia, Esdras hijo de Seraías… hijo de Eleazar, hijo de Aarón, primer sacerdote, este Esdras subió de Babilonia. Era escriba diligente en la ley de Moisés, que Jehová Dios de Israel había dado…”

“Pasadas estas cosas” solo indica una pausa no determinada entre el capítulo 6 de Esdras y el capítulo 7. Según la historia secular, hay 57 años entre los dos capítulos. Sea como sea, vemos que el tiempo es el gran probador de la diligencia en las cosas de Jehová, sea en el antiguo testamento o el nuevo. Siempre nos anima cuando vemos a uno que sigue fiel por el transcurso de una vida completa. Vimos a Daniel, que fue llevado cautivo a Babilonia, fiel como joven, y no menos fiel cuando era muy anciano.

Pero muchas veces vemos lo contrario; así con Israel, saliendo de Egipto, redimidos por sangre y cantando las alabanzas a Jehová en el borde del mar Bermejo, viendo sus enemigos muertos en la orilla. Uno pensaría, quizás, después de tal redención y maravillosa demostración de la grande misericordia de Dios, que nada podría cambiar su devoción y adoración. Pero no, ¡pobre hombre que es! Ingrato, infiel, e incrédulo es el hombre carnal, las alabanzas en el mar Bermejo en poco tiempo llegan siendo las quejas del desierto dentro de muy pocos días.

¿Qué tal entonces los 57 años después de la pascua de Esdras 6? ¿Había tal corazón en el pueblo remanente de Israel para continuar fiel? No, no había. Así Dios en su gracia, enviaba a este hombre de una fe simple y sincera para guiar a su pueblo hacia la piedad. ¿Qué clase de hombre era Esdras? “Era escriba diligente en la ley de Moisés.” ¿Qué clase de fidelidad era necesario para que fuera así? En los días del rey Josías se encontró en las ruinas del templo el libro de la ley de Moisés. Bajo el terrible reino de Manases su padre, la palabra de Dios era tan despreciada que llegó a ser perdido. Pero había alguien o mas probable, algunos, que se dedicabas después de perseverar los rollos de la ley durante la destrucción de Jerusalén y el cautiverio a Babilonia, pues ambos Daniel y Esdras tenían acceso a la palabra de Dios escrita en los rollos. Y Esdras se había dedicado a su estudio; no era negligente acerca de algo tan preciosa como la palabra de Dios, sin duda guardada a alto precio.

Y, ¿qué más? “Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos.” Santiago nos cuenta “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.” Santiago 1:22 Bajo la ley, la palabra era “haz esto, y vivirás.” Lucas 10:28 Bajo la gracia, siempre somos diligentes para anunciar la verdad de Efesios 2:8-9 “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.” Pero, quizás ignoramos o somos negligentes del verso que sigue en Efesios 2:10 “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” Esdras seguía en la ley de Jehová para cumplirla, y, además, con su ejemplo y sus palabras, enseñando en Israel sus estatutos y decretos. Esdras no era como los escribas y fariseos en el día cuando el Señor Jesús estaba aquí en el mundo, pues dijo Jesús “mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen.” Mateo 23:3 Tengamos cuidado hermanos, que no sigamos en las pasos de aquellos hipócritas de aquel día, sino más bien, enseñamos con “buenas obras” tal como Esdras.

Lo que sigue en el capítulo es principalmente una copia exacta de la carta dado al sacerdote Esdras por el rey en Babilonia. Como nos dice los Proverbios 21:1 “Como los repartimientos de las aguas, así está el corazón del rey en la mano de Jehová; a todo lo que quiere lo inclina.” En otro tiempo, otro rey había mandado que cesaren del trabajo de reconstruir el templo. Pero ahora, Jehová había inclinado el corazón de este rey Artajerjes hacia Esdras y los sacrificios en Jerusalén. Si era una fe verdadera o quizás una superstición, no sabemos por seguro, pero Esdras dio gracias a Jehová por la misericordia que fue mostrado. “Bendito Jehová Dios de nuestros padres, que puso tal cosa en el corazón del rey, para honrar la casa de Jehová que está en Jerusalén, e inclinó hacia mí su misericordia delante del rey y de sus consejeros, y de todos los príncipes poderosos del rey.”

Que bueno es reconocer la mano de Dios en toda cosa relacionado con la vida de un cristiano. El mundo puede decir “buena suerte” o “mala suerte” pero no hay tal cosa en la vida del creyente.

Felipe Fournier
16 mayo de 2021