MEDITACIONES

de     P. F.

Efesios 1 y algo de la conferencia en Burbank  *


Siempre me sale difícil en este tiempo del año encontrar suficiente tiempo para escribir un estudio.  La semana pasada estaba de vacaciones con la familia (seis nietos, dos hijas, dos yernos, dos consuegros y sus esposas) y no encontré el tiempo.  Esta semana estamos en la conferencia de Los Angeles (asamblea de Shadow Hills toma la responsabilidad) y no quería faltar otra semana sin escribir algo.  El hermano Roberto Thonney sugirió que leyéramos Efesios 1 para los estudios y para mí ha sido de mucho provecho.  Voy a hacer un resumen de las cosas que puedo recordar y dentro de mi tiempo limitado, sin atribuir directamente los que ministraron la palabra.

Una cosa que no había notado antes es como el capítulo uno empieza con tres referencias a las tres personas de la deidad, dando gloria primero al Padre (versos 3 a 6) que termina con alabanza; “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado”.  De allí adelante al verso 12 habla principalmente del Hijo, el Amado, el Cristo, y termina también en alabanza; “en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en si mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra. En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo”.  Entonces, vemos al Espíritu Santo en los versos 13 y 14 y termina también con alabanza. “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria”.

Es posible que anduviéramos un poco afuera del tema del capítulo pues se hablaba bastante sobre nuestra responsabilidad de profundizar, estudiar, y meditar la palabra, algo que si es importante y donde muchas veces fallamos.  Pero en el segundo estudio un hermano nos hizo recordar que Efesios 1 es como el Padre diciéndonos “relájate, te voy a contar todo lo que YO he hecho a tu favor”.  No tiene nada que ver con nuestra responsabilidad.  Eso viene del capítulo 4 y adelante en el libro.  A veces tenemos miedo de simplemente aceptar y gozar en lo que Dios ha hecho por nosotros.  Un hermano mencionó que una vez estaba dando el evangelio a su patrón, un católico.  Se puso molesto escuchando decir que la salvación es cuestión cien por ciento de la obra de Dios y le dijo “No hablas así, eso va a crear un caos pues todo el mundo va a hacer todo lo que quiere si piensa que su salvación no esté conectado con sus buenas obras”.  Pero no, nuestra obediencia viene de gozar en lo que nuestro Padre ha hecho a nuestro favor y ¿cómo no lo vamos a mostrar la reverencia y temor que merece?

Otra cosa que quiero mencionar que me gustaba mucho era lo que un hermano mencionaba acerca de la posición nuestra de ser hijos de Dios; hijos por ser renacidos, e hijos por adopción en Efesios 1.  Mencionaba que hay siete bendiciones relacionados con la posición de ser hijo.  Después, le fui a visitar para preguntarle cuales son estos y solo pudo recordar seis pero los voy a citar con la esperanza que alguien se acuerda del número siete.  El hijo tiene: Dignidad, libertad, inteligencia, privilegio, afecto, y herencia.  La historia que dio para ilustrar la libertad del hijo era una que me gusta mucho.  El presidente Abraham Lincoln era conocido como uno muy accesible a sus ciudadanos pero llegó el tiempo que no tenía tiempo siempre y tenían que guardarle de todos los que querían entrar para hacer sus suplicaciones de una cosa u otra.  Pero un día mientras estaba en conferencia con sus ministros, un niño se metió corriendo para adentro, se fue debajo de la mesa y se subió justo enfrente del presidente.  Nadia le impedía, ni las guardias ni los miembros de su gabinete.  ¿Por qué?  ¡Porque era su hijo!  Tenía libertad de entrar a cualquier momento.  ¡Nunca nos olvidemos que somos hijos de Dios!

Se explicaba también la diferencia entre la elección y predestinación.  La elección es personal, como en la democracia, el presidente gana su posición por elección.  Pero también, el destino del presidente es fijo; en los EU, se llama la casa blanca.  Somos elegidos (o escogidos) personalmente desde antes de la fundación del mundo y predestinados a ser hijos en la casa del Padre.

Se me acaba el tiempo para escribir, pero una cosa mas quiero mencionar y si me alcanza tiempo, acaso escribiré más esta semana sobre la predicación del hermano B. C. que ministraba sobre el perdón.  Hay por lo menos tres tipos de perdón que la escritura nos enseña; perdón judicial, perdón gubernamental, y perdón personal.

FELIPE FOURNIER
24 diciembre de 2017