MEDITACIONES

de     P. F.

Jacob sigue bajo la ley  *

Génesis 30:26-43*

“(30:26) Dame mis mujeres y mis hijos, por las cuales he servido contigo, y déjame ir; pues tú sabes los servicios que te he hecho.  (30:27) Y Labán le respondió: Halle yo ahora gracia en tus ojos, y quédate; experimentado he que Jehová me ha bendecido por tu causa.  (30:28) Y dijo: Señálame tu salario, que yo lo daré.  (30:29) Y él respondió: Tú sabes cómo te he servido, y cómo ha estado tu ganado conmigo;  (30:30) Porque poco tenías antes de mi venida, y ha crecido en gran número; y Jehová te ha bendecido con mi llegada: y ahora ¿cuándo tengo de hacer yo también por mi propia casa?  (30:31) Y él dijo: ¿Qué te daré? Y respondió Jacob: No me des nada: si hicieres por mí esto, volveré á apacentar tus ovejas.  (30:32) Yo pasaré hoy por todas tus ovejas, poniendo aparte todas las reses manchadas y de color vario, y todas las reses de color oscuro entre las ovejas, y las manchadas y de color vario entre las cabras; y esto será mi salario.  (30:33) Así responderá por mí mi justicia mañana cuando me viniere mi salario delante de ti: toda la que no fuere pintada ni manchada en las cabras y de color oscuro en las ovejas mías, se me ha de tener por de hurto.  (30:34) Y dijo Labán: Mira, ojalá fuese como tú dices.  (30:35) Y apartó aquel día los machos de cabrío rayados y manchados; y todas las cabras manchadas y de color vario, y toda res que tenía en sí algo de blanco, y todas las de color oscuro entre las ovejas, y púsolas en manos de sus hijos;  (30:36) Y puso tres días de camino entre sí y Jacob: y Jacob apacentaba las otras ovejas de Labán.
(30:37) Y tomóse Jacob varas de álamo verdes, y de avellano, y de castaño, y descortezó en ellas mondaduras blancas, descubriendo así lo blanco de las varas.  (30:38) Y puso las varas que había mondado en las pilas, delante del ganado, en los abrevaderos del agua donde venían á beber las ovejas, las cuales se recalentaban viniendo á beber.  (30:39) Y concebían las ovejas delante de las varas, y parían borregos listados, pintados y salpicados de diversos colores.  (30:40) Y apartaba Jacob los corderos, y poníalos con su rebaño, los listados, y todo lo que era oscuro en el hato de Labán. Y ponía su hato aparte, y no lo ponía con las ovejas de Labán.  (30:41) Y sucedía que cuantas veces se recalentaban las tempranas, Jacob ponía las varas delante de las ovejas en las pilas, para que concibiesen á la vista de las varas.  (30:42) Y cuando venían las ovejas tardías, no las ponía: así eran las tardías para Labán, y las tempranas para Jacob.  (30:43) Y acreció el varón muy mucho, y tuvo muchas ovejas, y siervas y siervos, y camellos y asnos”. (Génesis 30:26-43)


“Y respondió Jacob: No me des nada”. (verso 31)  “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Juan 3:16  “Como también David dice ser bienaventurado el hombre al cual Dios atribuye justicia sin obras”. Romanos 4:6

¡Pobre Jacob!  “No me des nada” eran palabras de un hombre que no conoce y no desea conocer la gracia y misericordia de Dios.  He citado los otros versículos para el gran contraste entre la ley y la gracia.  Por naturaleza, nosotros siempre queremos ganar el favor de Dios; queremos ser dignos de su amor pues somos orgullosos, soberbios, y arrogantes.  La gracia no alimenta el orgullo humano.  Dios dio a su hijo y atribuye justicia sin obras a los que creen, y aun nos da la fe de creer.  El hombre es dejado cien por ciento deudor de la gracia infinita de Dios.  No puede jactar en nada.  Por eso el apóstol Pablo podía decir “Mas lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por el cual el mundo me es crucificado á mí, y yo al mundo. Porque en Cristo Jesús, ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino la nueva criatura”. Gal 6:14-15

Pero no hemos llegado todavía al punto en la vida de Jacob donde reconoce la gracia.  La gracia iba a trabajar a su favor aunque el fuera ignorante de ella.  Labán se dio cuenta como Jehová obraba a favor de Jacob, aunque Jacob parece que no se daba cuenta.  “Y Labán le respondió: Halle yo ahora gracia en tus ojos, y quédate; he experimentado que Jehová me ha bendecido por tu causa”.  Jacob tenía ya catorce años fuera de la casa de sus padres y deseaba regresar, pero Labán no quiso que se fuera.  Hicieron un acuerdo de salario, ya que Jacob había cumplido los requisitos duros de Labán de comprar a su esposa Raquel, y fue obligado de trabajar por la esposa que no quería, Lea.  No es de sorpresa que Labán intentaba hacer algo que no iba a favorecer a Jacob, sino a el mismo.  Jacob dijo “Yo pasaré hoy por todo tu rebaño, poniendo aparte todas las ovejas manchadas y salpicadas de color, y todas las ovejas de color oscuro, y las manchadas y salpicadas de color entre las cabras; y esto será mi salario”.  Pero vemos como Labán anticipaba su intención; “Y Labán apartó aquel día los machos cabríos manchados y rayados, y todas las cabras manchadas y salpicadas de color, y toda aquella que tenía en sí algo de blanco, y todas las de color oscuro entre las ovejas, y las puso en mano de sus hijos”.

Es un costumbre muy viejo que los hijos heredan y las hijas reciben muy poco, hasta nada de la herencia de los padres.  Así Labán, aunque dijo a Jacob “Mira, sea como tú dices”, realmente trabajaba para asegurar que el sueldo de Jacob fuera muy poco.  Él quería que su ganado fuera para sus hijos, así la parte que Jacob dijo que fuera para su salario, estos Labán apartara y los dio a sus hijos.  Pero Jacob, viendo lo que Labán hizo, empezaba a trabajar para cambiar los críos de los ganados.  Yo creo que realmente todo lo que hacía no cambiaba nada pero podemos ver el egoísmo de Jacob, como luchaba contra su suegro para alcanzar la riqueza.

¡Y qué éxito tenía!  “Así eran las más débiles para Labán, y las más fuertes para Jacob. Y se enriqueció el varón muchísimo, y tuvo muchas ovejas, y siervas y siervos, y camellos y asnos”.  Se hizo muy rico Jacob en estos seis años de trabajo para Labán.  Podríamos decir como a menudo decimos que se hizo millonario.  He calculado que el valor del regalo que Jacob dio a su hermano Esaú en el capítulo 32 era medio millón de dólares en el valor de hoy en día.  ¿Si regalaba esta cantidad a su hermano, cuanto le quedaba para el mismo?

Así vemos un hombre exitoso, en los pensamientos del mundo de hoy en día, pero yo creo que era un hombre miserable.  Vivía su vida sin contexto a Dios.  No tenía altar en aquella tierra.  Sus esposas peleaban en la casa.  Vemos más temprano en el capítulo que Lea y Raquel negociaban para decidir quién iba a dormir con Jacob por la noche.  Poco conocía a sus hijos, pues siempre estaba trabajando día y noche.  ¿Diríamos nosotros que así se entiende el éxito?  Pero forma parte de nuestro pensar “si solo tuviera dinero como Jacob, o como Bill Gates … ”.  Pero Jacob como su abuelo Abraham nos da el ejemplo que la abundancia económica no trae la riqueza espiritual ni tampoco la felicidad.  Jacob iba a sufrir mucho más antes de poder pronunciar las palabras “Basta; José mi hijo vive todavía”.

FELIPE FOURNIER
27 abril de 2014