Alianza de Abrahám y Abimelec
(21:33) Y plantó Abraham un bosque en Beer-seba, é invocó allí el nombre de Jehová Dios eterno”. (Génesis 21:22-33)
“Cuando los caminos del hombre son agradables a Jehová, aun a sus enemigos hace estar en paz con él”. Proverbios 16:7
Este parte del capítulo 21 de Génesis es bien interesante si lo vemos en contraste con el capítulo 20, donde vimos a Abraham “vagando” de la herencia dado por Jehová a la tierra de los filisteos. En aquel entonces vimos como Abraham negó a su esposa y se encontró reprobado por el mundo. Pero en nuestro capítulo vemos todo lo contrario. “Aconteció en aquel mismo tiempo que habló Abimelec, y Ficol príncipe de su ejército, a Abraham, diciendo: Dios está contigo en todo cuanto haces”. Hasta los habitantes de la tierra se habían dado cuenta del hombre que ahora caminaba por fe.
En el capítulo 20, Abraham tenía que recibir de Abimelec corrección acerca de su esposa, pues dijo que era su hermana. “Después llamó Abimelec á Abraham y le dijo: ¿Qué nos has hecho? ¿y en qué pequé yo contra ti, que has atraído sobre mí y sobre mi reino tan gran pecado? lo que no debiste hacer has hecho conmigo”. Gén 20:9 Como vimos antes, fue el resultado de caminar sin fe que Abraham llegó a estar en tal situación, de recibir corrección tan fuerte de un hombre que él pensaba (equivocadamente) era sin temor de Dios. Pero ahora, vemos como Abraham tenía la fuerza moral para hacer lo que no hubiera podido hacer en los tiempos pasados. “Y Abraham reconvino a Abimelec a causa de un pozo de agua, que los siervos de Abimelec le habían quitado”.
Hay una lección fuerte en esto para nosotros. Cuando andamos mal, posiblemente el mundo va a discernir nuestra flojera espiritual. Les voy a contar una historia de mi vida, algo que pasó hace muchos años pero nunca se me ha ido de la memoria. Trabajaba yo como mecánico ayudante en una agencia de carros donde vendían la marca Chrysler. El aquel entonces los carros eran de mala calidad y muchos fallaron cuando aún estaban bajo la garantía. Los mecánicos hacían los trabajos de reparación bajo la garantía y muchas veces ellos quejaban que la fábrica de Chrysler les pagaba una miseria para hacer los trabajos de reparación. Con este pretexto, todos tenían la costumbre de robar de la fábrica lo que les parecían justo. Cobraron a los trabajos de reparación cosas que realmente no usaban, sino llevaron a sus casas para su propio uso. No era secreto entre los síes mecánicos que trabajaban en el taller, pues todos lo hacían y se justificaban, diciendo que la fábrica les robaba a ellos en sueldo, y por eso eran justificados en robar de la fábrica algunas partes.
Yo, por la misericordia de Dios, tenía entre ellos el testimonio de ser cristiano. Venia al trabajo la mayoría de días con un texto pegado a mi camisa que ellos leyeron y a menudo me burlaron, pero por lo menos sabían que yo era cristiano. Bueno, siendo yo nada más que ayudante en aquel entonces, yo les ayudaba a veces a hacer estos trabajos desagradables bajo la garantía, y a mí la agencia me pagaba por la hora, y así ellos sufrieron menos. Uno de ellos se sintió agradecido y me regalaba con algunas cosas que tenía PERO ERAN COSAS ROBADAS. Yo, sin pensar mucho en lo que hice, las llevé conmigo cuando me iba. Pero me vieron los demás, y de una vez empezaron a reprocharme “tu, que te dices ser cristiano, mira lo que estás haciendo”.
Me iba a la casa, pero no para dormir, pues mi conciencia me decía que ellos tenían razón. Lo que ellos hacían todos los días sin conciencia, yo no podía hacer. El próximo día, a la vista de todos ellos, tuve que regresar las cosas al mecánico que me las había regalado.
El principio que vemos aquí en nuestro capítulo es como Abraham tuvo la fuerza moral para corregir a Abimelec cuando el mismo caminaba con Dios en una forma irreprochable. El resultado de su caminar era relaciones muy amables con los habitantes de la tierra. “Por esto llamó a aquel lugar Beerseba; porque allí juraron ambos. Así hicieron pacto en Beerseba; y se levantó Abimelec, y Ficol príncipe de su ejército, y volvieron a tierra de los filisteos”. Abraham fue dejado en paz para seguir a Jehová y criar a su hijo en el temor de Dios. “Y plantó Abraham un árbol tamarisco en Beerseba, e invocó allí el nombre de Jehová Dios eterno. Y moró Abraham en tierra de los filisteos muchos días”. Beerseba llegó a ser el borde al sur de Israel y así muchas veces las escrituras dicen “todo Israel desde Dan (en el norte) hasta Beerseba (en el sur)”.
29 diciembre de 2013