MEDITACIONES

de     P. F.

Sofonias 2 y 3: Viene la bendicion despues del juicio  *

Sofonías 2 y 3 *

“(2:1) CONGREGAOS y meditad, gente no amable,  (2:2) Antes que pára el decreto, y el día se pase como el tamo; antes que venga sobre vosotros el furor de la ira de Jehová, antes que el día de la ira de Jehová venga sobre vosotros.  (2:3) Buscad á Jehová todos los humildes de la tierra, que pusisteis en obra su juicio; buscad justicia, buscad mansedumbre: quizás seréis guardados en el día del enojo de Jehová.  (2:4) Porque Gaza será desamparada, y Ascalón asolada: saquearán á Asdod en el medio día, y Ecrón será desarraigada.  (2:5) ¡Ay de los que moran á la parte de la mar, de la gente de Cheretim! La palabra de Jehová es contra vosotros, oh Canaán, tierra de Palestinos, que te haré destruir hasta no quedar morador.  (2:6) Y será la parte de la mar por moradas de cabañas de pastores, y corrales de ovejas.  (2:7) Y será aquella parte para el resto de la casa de Judá; allí apacentarán: en las casas de Ascalón dormirán á la noche; porque Jehová su Dios los visitará, y tornará sus cautivos.  (2:8) Yo he oído las afrentas de Moab, y los denuestos de los hijos de Ammón con que deshonraron á mi pueblo, y se engrandecieron sobre su término.  (2:9) Por tanto, vivo yo, dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, que Moab será como Sodoma, y los hijos de Ammon como Gomorra; campo de ortigas, y mina de sal, y asolamiento perpetuo: el resto de mi pueblo los saqueará, y el resto de mi gente los heredará.  (2:10) Esto les vendrá por su soberbia, porque afrentaron, y se engrandecieron contra el pueblo de Jehová de los ejércitos.  (2:11) Terrible será Jehová contra ellos, porque enervará á todos los dioses de la tierra; y cada uno desde su lugar se inclinará á él, todas las islas de las gentes.  (2:12) Vosotros también los de Etiopía seréis muertos con mi espada.  (2:13) Y extenderá su mano sobre el aquilón, y destruirá al Assur, y pondrá á Nínive en asolamiento, y en secadal como un desierto.  (2:14) Y rebaños de ganado harán en ella majada, todas las bestias de las gentes; el onocrótalo también y el erizo dormirán en sus umbrales: su voz cantará en las ventanas; asolación será en las puertas, porque su enmaderamiento de cedro será descubierto.  (2:15) Esta es la ciudad alegre que estaba confiada, la que decía en su corazón: Yo, y no más. ¡Cómo fué en asolamiento, en cama de bestias! Cualquiera que pasare junto á ella silbará, meneará su mano”.  (Sofonías 2:1–15)


“(3:1) ¡AY de la ciudad ensuciada y contaminada y opresora!  (3:2) No escuchó la voz, ni recibió la disciplina: no se confió en Jehová, no se acercó á su Dios.  (3:3) Sus príncipes en medio de ella son leones bramadores: sus jueces, lobos de tarde que no dejan hueso para la mañana:  (3:4) Sus profetas, livianos, hombres prevaricadores: sus sacerdotes contaminaron el santuario, falsearon la ley.  (3:5) Jehová justo en medio de ella, no hará iniquidad: de mañana sacará á luz su juicio, nunca falta: mas el perverso no tiene vergüenza.  (3:6) Hice talar gentes; sus castillos están asolados; hice desiertas sus calles, hasta no quedar quien pase: sus ciudades están asoladas hasta no quedar hombre, hasta no quedar morador.  (3:7) Dije: Ciertamente me temerás, recibirás corrección; y no será su habitación derruída por todo aquello sobre que los visité. Mas ellos se levantaron de mañana y corrompieron todas sus obras.  (3:8) Por tanto, esperadme, dice Jehová, al día que me levantaré al despojo: porque mi determinación es reunir las gentes, juntar los reinos, para derramar sobre ellos mi enojo, todo el furor de mi ira; porque del fuego de mi celo será consumida toda la tierra.  (3:9) Por entonces volveré yo á los pueblos el labio limpio, para que todos invoquen el nombre de Jehová, para que de un consentimiento le sirvan.  (3:10) De esa parte de los ríos de Etiopía, mis suplicantes, la hija de mis esparcidos, me traerán ofrenda.  (3:11) En aquel día no serás avergonzada por ninguna de tus obras con que te rebelaste contra mí; porque entonces quitaré de en medio de ti los que se alegran en tu soberbia, y nunca más te ensoberbecerás del monte de mi santidad.  (3:12) Y dejaré en medio de ti un pueblo humilde y pobre, los cuales esperarán en el nombre de Jehová.  (3:13) El resto de Israel no hará iniquidad, ni dirá mentira, ni en boca de ellos se hallará lengua engañosa: porque ellos serán apacentados y dormirán, y no habrá quien los espante.  (3:14) Canta, oh hija de Sión: da voces de júbilo, oh Israel; gózate y regocíjate de todo corazón, hija de Jerusalem.  (3:15) Jehová ha apartado tus juicios, ha echado fuera tus enemigos: Jehová es Rey de Israel en medio de ti; nunca más verás mal.  (3:16) En aquel tiempo se dirá á Jerusalem: No temas: Sión, no se debiliten tus manos.  (3:17) Jehová en medio de ti, poderoso, él salvará; gozaráse sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cantar.  (3:18) Reuniré á los fastidiados por causa del largo tiempo; tuyos fueron; para quienes el oprobio de ella era una carga.  (3:19) He aquí, en aquel tiempo yo apremiaré á todos tus opresores; y salvaré la coja, y recogeré la descarriada; y pondrélos por alabanza y por renombre en todo país de confusión.  (3:20) En aquel tiempo yo os traeré, en aquel tiempo os reuniré yo; pues os daré por renombre y por alabanza entre todos los pueblos de la tierra, cuando tornaré vuestros cautivos delante de vuestros ojos, dice Jehová”.  (Sofonías 3:1–20)


Hemos visto como el profeta Habacuc tenía una conversación con Jehová acerca de la desobediencia de Israel y la nación de los Caldeos que venía para castigarles. Habacuc entonces declaraba su confianza en Jehová, aunque toda la tierra fuera desolada. Habacuc no habla de la gloria venidera, solamente que confiará en Jehová para el futuro. Pero Sofonías va más allá que Habacuc y reconociendo el juicio que tiene que tocar Israel, Judá, y los demás naciones que han sido usados como la vara de justicia contra el pueblo de Dios rebelde y desobediente, anticipa también la gloria postrera. Y entre tanto, tal como Habacuc “el justo por su fe vivirá”, Sofonías reconoce la senda de fe durante el tiempo de juicio. “Antes que tenga efecto el decreto, y el día se pase como el tamo; antes que venga sobre vosotros el furor de la ira de Jehová, antes que el día de la ira de Jehová venga sobre vosotros. Buscad a Jehová todos los humildes de la tierra, los que pusisteis por obra su juicio; buscad justicia, buscad mansedumbre; quizás seréis guardados en el día del enojo de Jehová”.

La palabra “quizás” es preocupante. Pero en nuestro día, el día de la gracia, no hay la palabra cuando hablamos de la salvación. La palabra dice “cree en el Señor Jesucristo y serás salvo”. Hechos 16:31 El evangelio que se predica hoy en día al pecador perdido no deja la posibilidad de duda. Hay que notar que Sofonías hablaba a “todos los humildes de la tierra” introduciendo el mismo concepto de muchos de los profetas minores que los caminos de Dios iban a pasar mucho más allá de la nación de Israel.

El capítulo 2 de Sofonías, en adelante de los versos 2 y 3 que hemos citado, habla del juicio que iba a caer sobre los Filisteos, Moab, Amón, Etiopía, y los Asirios, habitantes de Nínive. Habacuc temía que Jehová iba a usar naciones peores de Israel en su idolatría para castigarle a Israel, y fue cierto. Pero Dios es justo y las naciones también van a ser juzgados por su maldad. Pero Dios nunca termina con juicio; el juicio solo sirve para limpiar la tierra, dando lugar para la bendición de Dios sobre los que son de fe de cualquier nación. La profecía de Sofonías en el fin del capítulo 3 revela, no solo el futuro bendito de Israel, sino también el gozo de Jehová de derramar sobre ellos todo el amor de su corazón.

Primero, en el capítulo 3, Sofonías expresa la verdad que no había nada en Israel que merecía la bendición de Jehová. “¡Ay de la ciudad rebelde y contaminada y opresora! No escuchó la voz, ni recibió la corrección; no confió en Jehová, no se acercó a su Dios. Sus príncipes en medio de ella son leones rugientes; sus jueces, lobos nocturnos que no dejan hueso para la mañana. Sus profetas son livianos, hombres prevaricadores; sus sacerdotes contaminaron el santuario, falsearon la ley. Jehová en medio de ella es justo, no hará iniquidad; de mañana sacará a luz su juicio, nunca faltará; pero el perverso no conoce la vergüenza”. Después de escuchar tales noticias, pensamos que no puede haber otra cosa menos un juicio total. Pero llegando al verso 14, leemos algo que hubiera sido inesperado, si no fuera por el conocimiento de nuestro Dios.

“Canta, oh hija de Sion; da voces de júbilo, oh Israel; gózate y regocíjate de todo corazón, hija de Jerusalén. Jehová ha apartado tus juicios, ha echado fuera tus enemigos; Jehová es Rey de Israel en medio de ti; nunca más verás el mal. En aquel tiempo se dirá a Jerusalén: No temas; Sion, no se debiliten tus manos. Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos”.

¿No podemos imaginar el gozo del profeta Sofonías en este momento? Habacuc gozaba en Jehová, no viendo nada de la bendición futura, pero confiado. “Con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación”. Pero Sofonías ha recibido de Jehová la visión del futuro y es uno de grande alegría. Habacuc conoce “el Dios de mi salvación”. Sofonías dice “él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos”. ¿Compartimos nosotros en el gozo de Dios sobre la bendición futuro de Israel? He hablado antes como la doctrina errónea de muchos en la cristiandad es que la iglesia reemplaza a Israel en los planes de Dios. Esta doctrina es de mucha pérdida al cristiano. ¡No todo en los planes de Dios tienen que ver con nuestra bendición; pero todo si tiene que ver con la gloria de Cristo! ¡Debemos nosotros alegrar que Cristo Jesús ha de ser glorificado ante la nación que le crucificaron!

FELIPE FOURNIER
17 de febrero de 2013